1. Flores artificiales. Salvo algunos diseños muy propositivos y brillantes, deshazte de ellas. Si te gustan las flores, acomoda ramos naturales en puntos estratégicos. Verás qué diferencia.
2. Demasiados cojines. Recuerda que los sillones son para sentarse. Si los cojines lo impiden, hay que desechar unos cuantos.
3. Exceso de adornos y estatuillas. Error común en los coleccionistas. Demasiados adornos dificultan incluso la limpieza y guardan demasiado polvo. Vale más buscar un equilibrio.
4. Ventanas sin cortinas ni persianas. Además de que no podrás regular la luz, lucirán tristes y abandonadas.
5. Mala distribución del espacio. Recuerda que una buena decoración siempre tiende a la funcionalidad. Si no puedes caminar entre los muebles, hay que redistribuirlos.
6. Iluminación insuficiente. Si bien hay espacios en que la luz tenue es lo indicado, cuida que no sea tan tenue como para impedir la visibilidad.
7. Cables por todos lados. Además de que afean el entorno, puedes tropezarte con ellos. Busca la manera de ocultarlos.
8. Pasillos ignorados. Date la oportunidad de decorar los pasillos. Usa cuadros, elige colores especiales para sus paredes.
9. Souvenirs. Seguramente tienen valor sentimental, pero a menos que mantengan el estilo de tu decoración, guárdalos en un baúl o deséchalos.
10. Alfombras movedizas. Si no están fijas, es recomendable que las sujetes con grapas especiales o que uses el peso de los mismos muebles para evitar que se muevan.
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