El invierno invita a contemplar el fuego de una chimenea, a desnudar los pies sobre una alfombra suave, a vestir los muebles con géneros cálidos y lograr un clima interior tan acogedor que no den ganas de salir.
El valor decorativo de un hogar a leña encendido es indiscutible. Por eso, durante muchos años los arquitectos no innovaron: bastaba un buen marco de mármol o piedra y madera para que la cuestión estética estuviera resuelta. Pero con la introducción de estilos mas descontracturados o modernos en la decoración de los ambientes, las chimeneas tradicionales quedaron excluidas. Desde entonces comenzaron a verse opciones cada vez más originales y materiales antes impensados. Vidrio, metal, cuero o madera: ahora todo vale a la hora de darle la calidez del fuego a la casa. Incluso las versiones más actuales prescinden de todo frente para no restarles protagonismo a los leños encendidos.
Una opción muy en boga consiste en instalar paneles de vidrio vitrocerámico en la parte posterior de la cabina de combustión. El resultado suma la posibilidad de de ver el paisaje exterior el mismo tiempo que el fuego arde.
El metal es otra variante para una chimenea: es un buen transmisor del calor porque lo expulsa en su totalidad, por lo que aumenta su rendimiento.
Para tener una chimenea en casa, lo único que hace falta es tener un espacio mínimo de 40 por
Si hablamos de las texturas ideales para el frío, las pieles , el cuero y los tejidos , se vuelven imprescindibles para mantener la casa abrigada y a la moda.
Las pieles dicen presente en alfombras, pies de cama, tapizados de sillas. Se usan en sus colores naturales o teñidas. Sin duda la vedette de este año son las alfombras de este material, en especial las de pelo bien largo y en colores claros.
Los tejidos también vienen pisando fuerte este invierno, se los ve en alfombras, fundas, mantas, aportando un toque cálido, colorido y rústico.
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